lunes, 14 de diciembre de 2015

3 TESTIMONIOS QUE EXPLICAN EL DESALOJO DEL BAR LA ROBLA

El miércoles pasado alrededor de las 5:20 de la mañana, la Policía Federal ejecutó el operativo de desalojo del bar La Robla, ubicado en el barrio porteño de San Nicolás. Este hecho dejó a 21 trabajadores en la calle. Medio en chicle entrevistó a Ornella Nociti, asesora legal de los trabajadores, y a Roxana López, miembro de la cooperativa La Robla, para conocer el estado actual de la situación. Conversamos, además, con la legisladora María Rachid quien dio detalles de su participación y de otros legisladores para encontrar una solución al conflicto.

Por Luciana Gómez-(@luucarogomez)
luciana@medioenchicle.com

En septiembre del año pasado un grupo de trabajadores gastronómicos del bar La Robla decidió organizarse en una cooperativa como consecuencia de la quiebra de la empresa. La misma se habría originado en una serie de maniobras fraudulentas ejecutadas por el titular de la firma, Alex Gordon, a partir de 2010. 

“Se decidió formar la cooperativa porque el dueño desapareció, nos dejó a la buena de Dios. Dijo que La Robla quebraba. Él no se llevó nunca ni un tenedor de ahí. Nosotros nos quedamos solos. A partir de ese momento, pensamos que la única manera de mantener la fuente de trabajo era formar una cooperativa, pero necesitábamos asesoramiento. Para ello recurrimos a Ornella (se refiere a la asesora legal Ornella Nociti), a quien conocimos porque asesoró a los trabajadores de Alé Alé .
Nosotros nos dábamos cuenta de las deudas que existían. Un día te llamaba un proveedor y te decía que el cheque había sido rechazado. La deuda se iba haciendo más grande. Iba un compañero a atenderse a la obra social y le decían que estaban atrasados con el pago. También supimos que en ANSES no se habían realizado los aportes jubilatorios. Así, nos fuimos enterando de muchas cosas, entre ellas la deuda del alquiler del inmueble en el que trabajábamos y sabíamos que el asunto estaba complicado.
El desalojo lo viví mal, con mucha angustia, con mucha incertidumbre, muy quebrada. Hasta el día de hoy me cuesta asimilar lo que pasó. A uno le cae la ficha de que no va a ir más a ese lugar que hace ya diez años iba. Era mi segunda casa.
Ahora con mis compañeros nos juntamos todos los días a ver diferentes locales para volver a trabajar. Los 21 estamos sin trabajo pero nos mantenemos en contacto y planificamos qué es lo que vamos a hacer.
Vamos a mirar en positivo, para adelante, al futuro por todos. Ojalá podamos conseguir un local pronto y que desde INAES nos den una ayuda económica", contó Roxana López, trabajadora de la cooperativa La Robla.

El juez Miguel Javier Costa, del Juzgado Nacional en lo Civil, ordenó el desalojo del lugar ante la quiebra de la empresa La Robla SRL. El magistrado nunca mostró interés por la situación de los trabajadores, a quiénes jamás convocó a una reunión. 
En este sentido, esta actitud de la justicia resulta inadmisible considerando que la pérdida de 21 fuentes de trabajo coloca en situación de vulnerabilidad a familias enteras.
 “A las 5 de la mañana se presentó el oficial de justicia y un abogado. Había casi 50 efectivos de la Policía Federal que no cumplieron con las medidas de protocolo del Ministerio de Seguridad para efectuar un desalojo. Una de ellas es que hagan un vallado previo para resguardar la seguridad de los ocupantes, del inmueble y para los vecinos del lugar. Ellos no cumplieron con eso. Se metieron y entraron violentamente sin preguntar ni golpear, rompieron la puerta. Tiraron al piso a 3 compañeros que se encontraban ahí. Y ahí trajeron dos camiones y comenzaron a sacar los bienes muebles. Lo que se logró es que los trabajadores sepan donde iban los bienes.
La medida estaba establecida hace bastante. Ellos recuperaron la empresa en septiembre y la resolución de desalojo salió una semana después de que ellos recuperaran la empresa. Una vez que salió la medida se apeló, pero quedó firme. Se rechazaron todas las apelaciones y las medidas de suspensión del desalojo. Se pidió una audiencia entre las partes y no fue aceptada. El juez rechazaba absolutamente todo. 
Hace dos meses se ordenó librar el mandamiento. Se intentó hablar con el oficial de justicia para poder ampliar el plazo porque no se encontraba lugar. Y aún así el oficial sostenía que los trabajadores tomasen sus cosas y se fuesen. Se pidió que nos avisaran la fecha precisa de ejecución del desalojo y también se negaron.
Los legisladores y trabajadores le han pedido audiencias al Juez y siempre las ha rechazado.
En la Ciudad de Buenos Aires existe una ley que establece que si en la Legislatura se está tratando un proyecto de declaración de patrimonio cultural, hasta tanto no se rechace o se apruebe, los bienes sujetos a declaración de patrimonio cultural no pueden ser sacados del lugar. La semana pasada, comenzó a tratarse en la Legislatura un proyecto de esta categoría para el Bar La Robla. Esto se le informó al juez y su respuesta (contestó de un día para el otro, cosa que no suele pasar) fue que la solicitud era improcedente y la resolución ya estaba tomada. A pesar de la ley, él la desconoció.
Estamos evaluando hacerle una denuncia al Juez en el Consejo de la Magistratura porque entendemos que no tomar en consideración una ley de la Ciudad constituye una irregularidad", explicó Ornella Nociti, asesora legal de los trabajadores de la cooperativa La Robla.

El bar La Robla ubicado en la esquina de Viamonte y Pasaje del Carmen fue fundado en 1985. Su especialidad era la cocina española. 
Ya no queda nada de ese lugar. Sólo recuerdos que los trabajadores atesorarán por siempre en su corazón.
“Respecto al desalojo nos parece una decisión tomada por un juez que no tuvo en cuenta a las 21 familias que perderían su trabajo y que en la Legislatura de la Ciudad estábamos tratando el tema en busca de una solución. Que tampoco tuvo en cuenta que según la Ley 4803, el Bar La Robla no debía cerrar, ya que dicha norma establece que ante la presentación de un proyecto de ley de protección del patrimonio cultural de manera preventiva se debe mantener la protección hasta que la Legislatura resuelva. De esto el juez fue debidamente notificado y decidió ignorarlo. De hecho, hasta le enviamos una nota, firmada por más 15 legisladores/as, pidiéndole una audiencia sin obtener respuesta alguna.
Desde un primer momento nos pusimos a disposición de los/as trabajadores/as. Estuve personalmente con ellos/as en La Robla para que me pongan al tanto de la situación y los/as acompañé a una audiencia con la Jueza que lleva adelante el expediente de la quiebra. Siempre estuvimos y estamos a su lado. El resto de los/as legisladores/as, con la excepción de los/as del PRO, acompañaron también el proceso. El Diputado Form me acompañó en una conferencia de prensa que hicimos en La Robla para hacer pública la situación que estaban atravesando los/as trabajadores/as. También presentamos dos proyectos en la Legislatura. Uno en el que proponemos que el Gobierno de la Ciudad expropie el inmueble y los bienes muebles para que los/as trabajadores/as puedan seguir adelante como Cooperativa y otro para declarar el inmueble como Patrimonio Cultural para evitar que se le dé otro destino que no sea el de La Robla a la propiedad. Ambos proyectos fueron acompañados por Diputados y Diputadas de todos los bloques salvo los del oficialismo de la ciudad.
La policía desalojó a la cooperativa por orden del Juez que lleva adelante el expediente de desalojo. Lo hicieron sin respetar el protocolo que exige un desalojo de este tipo. El Juez deberá responder por las decisiones tomadas. No podrá alegar desconocimiento porque, como comenté anteriormente, le presentamos una nota pidiéndole una audiencia legisladores/as de casi todos los bloques y también fue notificado del proyecto de declaración de patrimonio cultural y decidió ordenar el desalojo igual
El Gobierno de la Ciudad no ordenó el desalojo. De lo que es responsable el Gobierno de la Ciudad es de mantenerse insensible ante la situación que están atravesando estas 21 familias y de no hacer nada para evitarlo”, aseguró la legisladora María Rachid. 
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lunes, 6 de julio de 2015

En Palermo, con Dioniso: Encuentro con Guillermo Coppola


*Por Luciana Carolina Gómez* 

Los griegos consideraban a Dioniso el dios del advenimiento, el dios de los misterios y el delirio divino. A nosotros occidentales contemporáneos, este Olímpico nos legó la capacidad de disfrutar la vida es lo que nos hace humanos.
          
 ─ Lo que nunca cambio es la alegría que llevo conmigo, desde el momento que abro los ojos.

Me dice Guillermo Coppola, un Dioniso porteño y contemporáneo, mientras Marta su manicura le hace las manos y los pies. Este ritual hedonista tiene lugar una vez a la semana en el sillón blanco de la sala de estar. Marta tiene desplegado sobre la mesa ratona de vidrio el instrumental. Él extiende su mano derecha, para disfrutar de los ‘mimos’ (en palabras de Guillermo). Uña por uña es cuidada por la espátula que corre la cutícula, la crema las suaviza y las muestra perfectas. Marta termina con una de las manos y antes de comenzar con la otra, Guillermo hace una pausa. Agarra uno de sus celulares y llama a un amigo.
─ Me hablas en voz baja, seguro estabas durmiendo. Cámbiate y venite a desayunar. Tengo que proponerte algo y quiero que el primer privilegiado seas vos. No tardes. Cualquier cosa hablas con el Gato (un amigo que estaba ahí) que es lo mismo que conmigo.
Debajo del sistema de ventilación central, me llama la atención un módulo cromado. En el centro está dispuesto un televisor led. Sobre él un portarretrato múltiple con fotografías de el con los distintos integrantes de Buenos Muchachos (programa en el que trabaja y es emitido los sábados por C5N). A la derecha hay fotografías con amigos y con su hija más pequeña Elizabetta. A la izquierda se destacan dos fotografías de Guillermo con sus padres.

─ (Me describe con tono preciso cómo está compuesta su familia, de pronto el registro de su voz es toda pasión) Mi mamá y mi papá, pilares de mi vida.

“Guillote”, este hombre que no dejo de privarse de los grandes placeres, en un instante me muestra la inocencia, la ternura y la candidez de un niño a la hora de hablar de sus padres, me transmite un amor único e irremplazable. Descubro su fortaleza, su filosofía de vida.

─ Los padres todo lo hacen por uno y los hijos no hacen lo que los padres hacen por sus hijos. Yo, como hijo hice más por mis padres que por mis hijos. Mis viejos me hicieron estudiar, me mantuvieron cuando era pequeño. Cuando en mi casa había que laburar porque no alcanzaba el dinero yo seguía estudiando mantenido por ellos. Cada vez que tenía un problema los encontraba, no se me escapaban ¿Cómo compense? Cuando crecí en lo profesional, en lo personal, en lo general de mi vida, les devolví dándoles confort, haciéndolos viajar y acompañándolos, asistidos en su casa hasta el día que murieron. No fueron a la casa de ancianos. Mis viejos lo máximo, mis amigos lo máximo, mis hijos lo máximo.
Mientras Marta finaliza la mano izquierda, su amigo el Gato está sentado tomando una coca y lee los diarios. Me da la sensación que escucha la charla. Observo los gestos y ojos de Guillermo. Extraña a sus padres, me contagia un amor profundo que me hace pensar en los mios y comparto todo lo que dice. Sin embargo, cuando establece un orden en los afectos, me sorprende. Aunque a simple vista, prestando atención a la sala donde nos encontrábamos el orden enunciado se visibiliza en la disposición que las fotografías mantienen en el mobiliario.

─ Te di un orden, que están en el mismo nivel pero te di un orden. ¿Por qué te digo esto? Yo amo a mis hijos. Los tiempos cambiaron, los hijos no son lo que éramos nosotros. No quiere decir que sean mejores o peores.  Yo lo noto con los míos, que me aman, pero lo noto. Yo ya tengo mis años y yo a mi edad a mis viejos no les generaba ningún tipo de conflicto. Mamá, ¿querés ir a Japón?; mamá, ¿querés ir a Egipto?; ¿qué querés conocer?; papá, ¿estás cómodo dónde estás?, ¿querés dejar de trabajar? Trabajaron los dos hasta grandes. Yo te ayudo… Te doy confort… No lo hagas… Vos me dirás, porque pudiste. Pude rompiéndome el culo, porque herencia yo no recibí ninguna. Sigo laburando hasta el día de hoy, levantándome temprano.
El gato interrumpe antes de que termine la última frase para señalar ‘el buen uso del lenguaje’ Los dos se rien. Reflexiono en voz alta que entiendo lo que quiere decir y lo comparto. Guillermo Coppola rompe mis prejuicios mientras transcurría la charla, me di cuenta que  compartimos el amor por el otro, el dar y recibir, la solidaridad como un valor fundamental en la vida, ya no lo sentía tan lejano.
Entran en la sala su mujer Corina y su hija Elisabetta. Ella tenía un vestido largo de varios colores, a simple vista se ve una mujer sencilla, afectuosa y hermosa. A la niña la llaman ‘reina Elisabetta’, vestía un pijama lila. Su mirada curiosa frente a una extraña (yo) me genero ternura. Corina le pregunta a Guillermo cómo será la mañana. Le informa que vendrá Damián (el amigo que faltaba para hablar con el Gato) a desayunar. Me ofrece tomar algo y bromeamos en que podía ser agua de la canilla. Corina va hacer el desayuno: Café con leche y medialunas para Guillermo, Martha, Elisabetta y el Gato. Martha comienza a finalizar la manicura para seguir con los pies.
─ (Mientras esperamos el desayuno, se acomoda en el sillón y manda algunos mensajes de texto) Te voy a contar una primicia. Mi hija Camila (La tercera de sus cuatro hijos) está en su viaje de fin de curso por la primaria en Carlos Paz.  Le hice una cartita que después le van a leer en el viaje, es una sorpresa de los padres. Estoy seguro, por ahí me equivoco pero los padres van a escribir ‘Te amo’; ‘Te amare’; ‘Me muero’. Yo le puse: Hija disfruta de tu viaje junto a amigos y compañeros, inicias en poco tiempo una nueva etapa en tu vida. Vivila al taco. Lejos de las tentaciones, lejos de la envidia, lejos de los celos. Si de alguna manera entendes esto, vas a tener una vida feliz. Métele actitud, métele energía a todo. Vas a tener altos y bajos pero siempre con la frente alta producto de la honestidad que tenes que desarrollar a lo largo de tu vida.  Besos papá.

Me asombraron sus palabras, su contenido. Me preguntaba si una niña de 12,13 años entendería todo lo decía. Él sabe que con lo que escribió no hacía falta poner ‘te quiero’. En el acto de enseñar y pregonar valores, lo está haciendo.
Corina trae el desayuno. Guillermo me insiste en que coma alguna masita dulce. Espero con timidez a que él comience. Su mujer me sirve en una copa agua fría. Agarro una de las servilletas blancas con lunares negros para no ensuciar. Las masitas se veían y eran muy ricas, la manera en la que estaban dispuestas en el plato redondo era muy armoniosa. La medida de café para Guillermo y Marta era normal, eran expresos.  Corina se queda un momento a desayunar con nosotros, mientras ‘Guillote’ vuelve a tomar la palabra para contarme su rutina.
─ Me levanto todos los días a las seis de la mañana. Si ella me acompaña (Corina) corro por el barrio (Palermo), pero cada vez me acompaña menos porque tiene su personal trainer y tiene su gimnasio. Yo tengo la cinta. Muy tempranito a la mañana hago una previa ducha. Soy un tipo que vive bajo el agua, no sólo fumo bajo el agua (En el tercer estante del modulario hay una foto de él fumando un habano bajo el agua) Con esto quiero decirte que me levanto, me baño y hago una hora y diez de cinta. Mientras leo los diarios o veo las noticias. De ahí voy al balcón (Tiene una hermosa vista que contempla la embajada de Estados Unidos, la Avenida del Libertador en todo su esplendor y la fuente que alberga el monumento a los españoles) y tomo 20 minutos de sol, me como un yogur o tomo leche con vainillas. Después voy al baño más importante del día, el de las ocho y media de la mañana y salgo a la cancha. De ahí voy a reuniones, al trabajo. Yo soy director de marketing deportivo en una empresa muy importante. Se dio esto de la televisión en C5N(El programa Buenos Muchachos emitido los sábados por la noche) Un cañal que nos da mucha libertad. Es un muy buen programa con humor sano. Un grupo de amigos que no quiere ser más que otro. Pero lo más importante que hago es levantarme y vivir, bien, agradezco la posibilidad de estar levantado.

En el momento en que cuenta que “vive bajo el agua”, viene a mi cabeza la imagen del panteón griego. Zeus ronda mi pensamiento… El dios de los dioses y la potencia de su líbido… pero Guillermo ¿es sólo pulsión? Es la tercera vez que estoy frente a él y descubro que hay en este hombre mucho más que esa trillada imagen mediática… Una verdadera filosofía del disfrute, de saber saborear la vida… Siento que estoy ante “Dioniso Coppola”. El dios que invierte el orden establecido para encontrar en todo resquicio de la vida un sentido para “potenciarse como ser”… Y delante de mis ojos, Marta comenzaba a trabajar sobre el pie izquierdo, que apoya sobre una almohada cubierta con una toalla blanca. Este olímpico  tiene ojotas doradas con calaveras negras y flores. Su piel está bronceada. El color salmón de su short resalta aún más el bronceado de su piel. La remera gris combina con una llamativa pulsera que tiene una piedra de san expedito. Me sorprendo. La fé es otro motor de su vida.

─ Yo a la iglesia no voy a pedir, voy a agradecer. Soy devoto de San Expedito todos los 19 estoy ahí. Cada vez llevo más gente, hacemos un papelito que pasamos por la imagen del santo. Ahí pedimos por la salud por aquellos que la necesitan. No pedimos el gran negocio, ni la gran conquista económica, ni que Boca salga campeón, ni conquistar a la mujer más linda. Un chico del grupo de mis amigos tuvo una nena con un transplante, veintisiete operaciones. Fuimos al santo, estaba en emergencia nacional, pero se moría la chiquita. Entonces un 19 le dije vamos a San Expedito con una foto de la nena. El 21 llego el intestino, la operaron, salió y esta  bárbara. Esto fue hace un año y medio. Cada vez vamos con más fe, colaboramos con la iglesia. Esas son las cosas que a uno lo reconfortan. Además de ver una buena película, de tomar un buen vino.
Guillermo hace un culto de la amistad. Ese es su otro pilar. El dar y el recibir lo describen. Su devoción por los amigos, impresiona y enamora. Se desvive para dar una mano. Disfruta ser el amigo de sus amigos. Su táctica y estrategia es desplegar toda la potencia de su ser para “enamorar” y hacer feliz al otro.

─ Deci que yo ya estoy retirado pero conquistar una linda chica, seduciendo. Yo siempre seduzco. Al amigo, al de la charla, al de TEA, al chofer del taxi. Seduzco. Me encanta. Es seguramente una materia que aprobaría con un 10. Ella es la mujer que más amo (Corina acota “¿la que más amo?” o sea que tenes otras)
Guillermo cuando habla de la seducción, deja de estar distendido en el sillón y adquiere una posición erguida y firme, se muestra seguro y está convencido de que esa virtud es su fortaleza. Deja ver una profunda una introspección. Bucear en su persona es parte de su equilibrio.

─ Lo que más me hace feliz es haber logrado las cosas que me propuse. Haber estudiado. Yo era un vago. Mujeriego. Hice la primaria y la secundaria porque se lo había prometido a mi vieja. Dije nunca más estudio. Después el presidente que yo tenía en el banco en el que trabajaba me dijo que era una pena que no fuera a la facultad y fui convencido de que no la terminaba. Raro en mí porque todo lo emprendo lo logro. Conquiste a la secretaria del decano, muy linda, me ayudó mucho. Cristina, no me olvido más. 10, 10, 10… empecé con la ayuda de ella. Me recibí en licenciado de Administración de Empresas.

Guillermo agradece en cada oportunidad la existencia de sus padres. Que le hayan insistido en estudiar, en haberle forjado valores imborrables, en haberlo apoyado y ayudado en todo lo que le ocurría. Que aunque eran humildes, no le falto nada. Con sus ojos muestra que ese vínculo es de amor puro. Conmueve y apasiona. ‘Guillote’ tierno, aparece una y otra vez.

─ Nosotros éramos una familia humilde, de laburo. Yo hubiera querido jugar al fútbol. Yo digo que hay que vivir lejos de la envidia, del celo. Pero si a mí me decías de jugar al fútbol… Yo hubiese querido ser futbolista, no se me dieron las condiciones. Me hicieron estudiar, yo estaba muy enojado. Mi vieja me hizo prometerle que iba a terminar el secundario. Después empecé a hacer muchas horas extra en el banco, tenía 20 años, y con los ‘sopes’ un auto, cuatro novias, tenía una vida intensa y divertida. ¿Qué me iba a poner a estudiar? El presidente del banco me mando.
La sabiduría de Coppola se asienta en su capacidad de transformar el obstáculo en beneficio para sí mismo. Lo que Guillermo me deja ver es el don de metamorfosis que alimenta a su persona. El fútbol “prohibido” se le presenta como un camino a explorar de manera azarosa.

─ En el fútbol empecé con Pernia en el año 1974 porque el presidente del banco era de Tandil, Pernia era de Tandil. Entonces llego un chico de su pueblo, de su ciudad para que lo atienda. Me lo hizo atender a mí.  Nos hicimos amigos. Es padrino de mi hija Natalia, la mayor, que tiene  38 años.
La lectura de los mitos griegos nos revela la distancia que este pueblo vio y enseñó a occidente que se establece entre el mundo de los humanos y lo divino. En nosotros como hombres radica la posibilidad de considerar que estos espacios se encuentran fatalmente escindidos o se abre allí la posibilidad de alcanzar la plenitud. Coppola elige por atrapar la fatalidad como “condimento” humano que permite la felicidad.

─  Todos tenemos cosas para arrepentirnos. En algún momento haberme relacionado con la droga. Yo siempre fui un tipo de gran cuidado pero igual negarlo sería falsear y no tengo porque hacerlo. Hacerme el “Francisco” porque hay muchos que sí  que caretean negando. Te miran de arriba y escupir para arriba, no se puede porque te vuelve. No entiendo aquellos que se sienten más sanos por que dicen no conocer el color de la droga. A lo mejor tienen otras…  O hábitos más complicados. La droga es uno de los peores, de todas maneras hay otros que son indudablemente un mal. Pero la pedofilia, la violación, la agresión, la violencia todo eso es irreparable, eso es peor que la otra enfermad. Por eso escupir para arriba no escupo. Me arrepiento haber rozado eso innecesariamente y como una pelotudes. Yo soy un tipo que me quiero mucho y bastante analítico de las cosas. Eso demostró que tan inteligente no soy y me pareció una boludes.

Marta termina con los pies. Le pone crema. Empieza a finalizar este último encuentro. Descubrí un tipo con códigos, con valores irrefutables. Puedo decir que me transmitió un profundo respeto, algo que para él es sagrado, el respetar y ser respetado. Se define como un amigo de sus amigos, auténtico, que ha vivido buenas y malas. El amor, la alegría y el disfrute están encarnados en él. Este Dioniso contemporáneo tiene muy claro que “La manía es más bella que la sophrosýne, porque aquella nace de los dioses”. 

sábado, 21 de marzo de 2015

No somos tan extraños y no somos tan distintos.

En un cumpleaños dos extraños, dos desconocidos se saludaron, se miraron, sonrieron. Ignacio y Victoria. Uno en una punta y ella en otra.
Él era muy simpático. Pecaba de ingenuo. Hacia chistes muy malos. Polera  color navidad. Jeans anchos y arrugados. Manos de dedos gruesos. Ojos de tierra. Pelo corto, prolijo, estructurado, ni un mechon fuera de lugar. De silencios largos y pausados, de escucha atenta. Reservado. Sí estaba incomodo transpiraba más que en un día de verano de subte. Tranquilo y nervioso.
Ella muy desconfiada, inquieta. Sí estaba nerviosa golpeaba con los dedos la mesa. Observaba con disimulo. De carcajadas contagiosas. Ironías de sabor agridulce. Se tocaba el pelo una y otra vez, se hacía trenzas. Esa era su manera de escapar de la incomodidad. Ojos grandes y profundos como los bostezos que daba si estaba fastidiada. De carácter. Enrulada por dentro y por fuera. Dedos infinitos para tocar el piano. Calzas negras con pulover del invierno pasado. Botas de paso inseguro.
Se volvieron a mirar. Él con disimulo, la miro velozmente. Ella se fijo en sus  pupilas, en sus ojos tierra. No hablaban pero se estaban diciendo mucho. 
Ignacio agarró el celular, se sintió raro. Pispeo como venía jugando boca contra quilmes. Hincha fanático, de esos que dejan la voz en un gol.
Victoria sentía curiosidad, se mordía el labio, pensando sí le tenía que hablar, dudaba. Estaba de nuevo en una pelea con ella misma, con "la hija de puta",  esa que le pone trabas. Quiso sacar un poco de ese blabla de su cabeza y fue a charlar con Roberto, el cumpleañero. 
A Ignacio le gustaban mucho los rulos de ella. Se fue a fumar un cigarrillo en el jardín para bajar los nervios, la quería encarar, pensaba que por lo menos el celular le podría sacar. Ignacio era tan confiado, parecía de esos tipos que no tienen fisuras, esos que tienen una vida perfecta. Aunque se la creía un poco, era tan mortal como todos los demás. 
Ella estaba concentradisima en como iba salido la torta de cumpleaños. Se definía como repostera amateur. 
Victoria había dejado de fumar, pero se quedo sin trabajo y volvió al vicio. Esos caramelitos que venden en la tele no le daban resultado. Ansiosa como chico en navidad. No lo veía a Ignacio, pensó que se había ido. Entra al jardín, agarra un pucho y lo ve. No tiene encendedor. Baja la mirada, se toca el pelo. Ignacio con una sonrisa le ofrece fuego. Ella incomoda, acepta. Por inercia guarda el encendedor en el bolsillo. Él la mira  y bromea: "No sabía que te ibas a quedar con el encendedor. Por suerte tengo otro en el auto."
Victoria abre los ojos. Irónica responde. "Pensé que el encendedor era el souvenir del cumpleaños, gracias." Tímidamente empiezan a charlar.
 Hacía frió y caía el sol. Entran al salón. Se miran de nuevo. Ella tartamudea y le dice que había que ir comer la torta, su torta. En ese segundo reflexiona, se juzga y piensa como le dijo eso, se sentía una tonta. Se mordió el labio y bajo la mirada. Quería huir. Acelero el paso.
Ignacio se adelanta. Se pone enfrente. La mira. "Si me robaste el encendedor, yo me robo la torta." 
Victoria se ríe, se marcan sus hoyuelos. Empezó a estar más tranquila.
Ya no estaba uno en una punta y otro en otra. Ahora los dos estaban sentados comiendo, riendose. No había mucho que charlar, esos ojos decían más que cualquiera.

Todos alguna vez somos un poco Ignacio y Victoria. No somos tan extraños, ni somos tan distintos.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Pentragrama de silencio

Caen y suenan ecos; son pentagramas de silencio
Grises, nublados y caos como armas de un tiempo
Tempestad y ojos mudos
Oidos rebeldes, boca sumisa
No hay estación
Sólo en desesperación quedan escenarios de tormenta y dolor
Sed de rebelión
Pentagrama, quiero que cambies de color. 

sábado, 21 de febrero de 2015

El árbol se balancea en un tiempo de tormenta, algunas raíces se desprenden y puede que el árbol nuevo sea distinto.
El viento empuja, el sol lo quema, la lluvia lo ahoga. ¿Cómo se sostiene? El tiempo es el que no se detiene, avanza, pasa, transcurre. ¿Cuántos arboles hay? ¿Cuántas tormentas?
La tierra,siempre húmeda, es quién hace brotar y da vida al lugar.
El árbol muere, cae, nace de nuevo y es más fuerte. No hay tormenta, se fue, brillan las raíces.  

domingo, 11 de enero de 2015

Hambre en la pupila

Iban de una esquina a otra, caminaban, corrían, hablaban, estaban quietos, miraban, se miraban, pensaban, balbuceaban, soñaban, subsistían. Eran dos, son dos, Florencia y Esteban. Dos hermanos que hace unos meses recorren la Avenida Cabildo para conseguir algo que comer o algún dinero para su madre. 
Flacos, cansados, sucios, desorientados. Muchas veces se enojaban entre ellos, se peleaban si no podían vender  o conseguir algo. El resto de los mortales que pasa al lado de ellos, en su gran mayoría, los mira con desprecio, con asco, los discriminan. Ellos sufren, sólo quieren comer y descansar un poco. 
Cabildo y Juramento, cae el sol. Florencia y Esteban entran en un bar para vender chicles beldent. Sin embargo, algo los detiene. Pueden observar que adentro hay un mostrador con una heladera llena de tortas y sanguches, al lado dos jovenes compartían una pizza. 
Los ojos de Florencia y Esteban también se detienen, se vuelven transparentes, no hablan, miran ese punto fijo, tenían hambre hasta en la pupila, saboreaban sin probar, se aguantaban para llorar. Decidieron preguntarle a los mozos si les podían regalar algo, obtuvieron un no como respuesta, tuvieron que irse.
Ellos seguían mirando detrás de la puerta con  ojos resignados. Se enojaron, se pelearon, estaban violentados, el hambre y la indiferencia, duele y pega mucho. 
Aún con hambre en la pupila, seguían con fuerzas para vender los chicles que les quedaban el el subte, se tenían uno al otro. Quizás mas tarde veían a su madre y se quitaban esa sed de igualdad y amor. No sólo buscaban un pan, querían un pan para todos. Querían que todas las pupilas que eran indiferentes se convirtieran en miradas de un mismo lado, que tengan hambre de compartir.  

lunes, 29 de diciembre de 2014

Mirando tiempo

Ya habían cambiado las hojas de color, crujían, volaban, hacía frío, se vislumbraba el sol. Si las pisaba crujían, si las guardaba en un libro siempre estaban intactas. Sin embargo, no todas caían de la misma manera. Algunas formaban un piso nuevo en el parque, otras simplemente se rompían o desaparecían.  
Las veía desde la ventana y pensaba todo lo que podía hacer una simple estación, cuantas acciones en un pequeño momento. La estación y la acción terminan para empezar otra, para volverse otra, para cambiar. 
Todo siempre toma otra forma y casi todo es una decisión, así pensaba Martín. Un pibe que estudia, trabaja, sale con sus amigos, sencillo, observador, callado y ama la fotografía. 
Le gusta retratar momentos, le gusta mirar algo más, compartir, mostrar algo más. Mostrando el crack de las hojas quiere abrir otros ojos y cambiar mentes estacionadas para que se vuelvan mentes de estación. 
Es la forma de mirar lo que nos hace pensar y actuar, es la forma en la que Martín busca contar una historia, un suceso, un encuentro, un cambio, es un momento para compartir y que se quede registrado en nuestros sentidos. 
Observar las cosas hacen que se queden en alguna parte, retratarlas las mantiene en otro espacio. Ambos son eternos y diferentes para cada uno que las contemple.
Todos actuamos de diferente manera, todo el tiempo somos estación. Para Martín mirar es la forma de mostrar que el tiempo no es finito sino que puede ser infinito y como decía Cortazar: "Entre las muchas formas de combatir la nada, una de las mejores es hacer fotografías."






viernes, 6 de junio de 2014

Palermo, protagonista de génesis

Palermo, protagonista de génesis
Amanece en el Rosedal. Muchos vecinos se calzan sus zapatillas deportivas para llevar adelante su rutina física diaria. Trotan, toman mucho líquido, escuchan música con sus ipods y se aíslan de la realidad circundante.  Sin embargo, quién diría que este escenario es tan diferente cuando cae el sol. Tres autos en fila india avanzan de manera pausada con las luces bajas. Mujeres de cuerpos imponentes se acercan a los conductores para ofrecerles servicios sexuales. El tiempo pasa, las agujas del reloj avanzan, vuelve a amanecer y los cultores de la vida sana y el entrenamiento físico se preparan para una nueva jornada. Dos realidades en un espacio que la clase política de fines del siglo xix pensó para el solaz de la aristocracia porteña, con el fin de borrar de la memoria histórica todo signo de barbarie encarnado en la figura de Don Juan Manuel de Rosas, quien bautizara estas tierras con el patronímico San Benito de Palermo y residiera en ellas hasta la derrota de la batalla de Caseros.
A pesar de las múltiples transformaciones que el barrio sufrió, la disputa entre civilización y barbarie permanece vigente desde su fundación. Esta dicotomía se hace presente en uno de los exponentes literarios del país y vecino de Palermo: Jorge Luis Borges. En muchos de sus poemas, como Luna de enfrente, Fervor de Buenos Aires, Fundación mítica de Buenos Aires, el escritor da cuenta de la presencia de esta tensión en las transformaciones que fue sufriendo el barrio que lo vio nacer y que hoy en día se hacen presente en lugares como: La estación Pacifico. Allí Rubén, dueño del puesto de café y medialunas, trabaja hasta el cansancio. Sus ojos son testigos de las valijas que van y vienen, de las corridas, de las puteadas, de las despedidas, del mal humor, del mal servicio del tren, de la mugre, de las ratas que se esconden debajo del andén, de llantos interminables de bebés, del calor, del frío, de los robos, de la desigualdad. Si, la desigualdad. No es lo mismo el hombre de traje que se baja en Retiro para ir a una multinacional que el que se baja para trabajar en una pavimentación en la calle Ramos Mejía. Rubén, dice que es difícil trabajar en Palermo, conviven en aquella estación muchas realidades, historias, mundos diferentes. “Salgo de acá y me voy a tomar el subte para llegar a casa. Me bajo en el Shopping y ahí no ves a los pungas de acá. La noche acá es jodida, hay que mirar para todos lados”.
En contra posición, cuando cae el sol en Plaza Serrano ubicada en Borges y Thames, todo es cool, relajado, también hay inmigrantes pero europeos, after office, música electrónica, tragos, tiendas de ropa. Le dicen Palermo Soho. Esto se debe al boom inmobiliario que vive el barrio hace más de diez años, así lo confirma Mirtha vecina histórica. “Vivó acá hace más de 30 años. Cambio mucho el barrio. Antes todo era más tranquilo, ahora a la noche están los jóvenes que van a bailar. No para de haber constructoras, departamentos en venta. Se puso de moda Palermo. A mi me gusta, está más lindo, más moderno. A mi marido no, es más chapado a la antigua. El es de los bares clásicos, de la plaza con amigos. El no se adapta a los cambios.”
El barrio parece un camaleón, cambia de color, de forma, dependiendo de quien lo mire y de donde se lo transite. La cultura, la moda, lo barrial, están siempre presentes. Aunque ahora hay algo nuevo: La conciencia ecológica. Varios vecinos decidieron ponerse en sintonía con la onda verde y ahora separan sus residuos en diferentes containers para que sean llevados a una planta recicladora. De este trabajo se encarga Cristina Lazcano, una de las fundadoras de la cooperativa de reciclaje el Ceibo, ubicada en Uriarte y Paraguay. Todos los días recorre diferentes manzanas del barrio por la mañana y la tarde, en busca de cartones, papeles, plásticos y alimentos biodegradables. Con esto se gana unos mangos y le puede pagar a su hija las clases particulares de matemática.
Palermo supo ser la cuna de diferentes personalidades destacadas de nuestro país, entre ellas Ernesto Che Guevara, el ya nombrado Jorge Luis Borges y el poeta Evaristo Carriego. Nació en 1883 en la ciudad de Paraná, escribió “Misas Herejes”, “Los que pasan”. Tiempo después se muda a la capital federal, al barrio de Palermo. Este lugar, marco gran parte de su vida ya que escribió La canción del barrio, en el que pinta el Palermo de principios de siglo XX. Falleció en su casa  en 1912 y desde ese entonces fue declarada patrimonio histórico cultural
Hace unos meses el Gobierno de la Ciudad de Buenos dio la orden de demoler su casa, ubicada en Honduras 3784.Diferentes vecinos se manifestaron en contra y  por el momento logaron suspender  el derrumbe de la casa de la poesía. 
Sin embargo, los vecinos más ‘nuevos’ están sumergidos en otros mundos, como la moda emergente, los miles de locales de ropa, bares cool, teatros, clases de español para turistas. Estas actividades están desplegadas en las calles Nicaragua, Guatemala, Costa Rica y Gurruchaga.
Cómo no va a ser un barrio tan diverso si es uno de los más grandes de toda la Capital Federal.  También es llamado Comuna 14 y posee una extensión de  15 kilometros cuadrados y viven 225.245 habitantes. En toda esa superficie, se encuentran bares con historia como Varela Varelita, ubicado en Scalabrini Ortiz y Paraguay. Este mítico lugar ha sido protagonista durante muchos años de los encuentros que mantenía con amigos el ex vicepresidente Carlos Cacho Álvarez. Rodolfo, uno de los mozos más viejos cuenta que Varela Varelita, es un lugar simple, agradable, ideal para encuentros distendidos. “Ahora hay mil Palermos, nosotros seguimos siendo el viejo barrio, el fútbol, las picadas con amigos y un buen sanguche de lomito. Acá no hay sushi y comida light.”
A la hora de poner límites geográficos es muy difícil. Si lo hiciéramos desde un punto de vista sociológico, serían muy dispares teniendo en cuenta el punto de vista de cada uno. La manzana que comprende las calles, Gurruchaga, Borges, Thames, Uriarte y Santa fe es según las inmobiliarias ‘Palermo Soho’  y los alquileres son  de los más caros. En esa misma zona, donde todo parece pro , también están los y pibes que piden monedas para poder comprar una bolsa de paco y consumirla en Plaza Italia. Los viejos feriantes de libros de la plaza, notan los cambios y la gran mayoría se va por que no logra trabajar con tranquilidad. Liliana, dueña del puesto 208, intento varias veces comunicarse con organizaciones sociales para poder ayudar a los chicos en situación de calle. “Es dramático. Se juntan ahí detrás del monumento a Garibaldi a aspirar paco. No comen. No viven. No duermen. Los quiero ayudar, pero no me dejan. Desde que un día me saquearon el puesto me canse. No quiero saber más nada.”
Miles de matices conviven en pequeñas zonas. Hace más 50 años el viejo tranvía que pasaba por la Avenida Santa Fe, murió producto de la urbanización.  Ahora está el Banco de la Nación Argentina, en donde las largas colas son protagonistas. Ni que hablar de los llantos o molestias que nos devuelve el papel que nos da el cajero al introducir la tarjeta de débito.
Si los limites fueran sociales, sería contradictorio establecer una zona ‘clara’ en donde se encuentra un banco, la sociedad rural (SRA) y a pocos metros chicos en situción de calle.  Según la  legislatura porteña el barrio de Palermo está delimitado, por La Pampa, Av. Pte. Figueroa Alcorta, Av. Valentín Alsina, Zabala, Av. Cabildo, Jorge Newbery, Cramer, Av. Dorrego, Av. Córdoba, Mario Bravo, Av. Coronel. Díaz, Av. Gral. Las Heras, Tagle, Vías del Ferrocarril Gral. Bartolomé. Mitre, Av. Jerónimo Salguero, Av. Costanera Rafael Obligado.
La gran mayoría de los vecinos del barrio coincide que un paisaje por excelencia es el Jardín Botánico. Allí, pueden darle de comer a los cientos de gatos que viven allí o caminar largo y tendido sin ver el pavimento gris que los tiene acostumbrados. El Botánico nunca cambio y los vecinos se encargan de cuidarlo del deterioro.
Su historia se remonta a la transformación paisajística  de Palermo que estuvo a cargo del arquitecto y  urbanista francés Carlos Thays, quien consideraba a los espacios públicos como obras de arte. Así en 1898 se inauguró el Jardín Botánico, diseñado por Thays como espacio de representación social, cuidando cada uno de los detalles, combinando follajes, texturas y colores.
            Civilización y barbarie esta en todas partes del barrio de Palermo. Desde la fundación que le dio Rosas, los escritos de Carriego, Sur que escribió Borges, el significado que tiene la Sociedad Rural, el Botánico, los laburantes,  los turistas, la moda. Quizás esa sea su mayor característica. La diversidad, la capacidad de mantener submundos, sin alterase. Cada vecino tiene un pedazo de su cuadra. Son fáciles de identificar los que van a comprar facturas los domingos, los que van a tomar un café a Varela Varelita, los que van al almacén, a los hiper mercados y los que les dan de comer a los gatos ¿Cómo es posible que unas cuadras nos marquen un limite? ¿Es el espacio fisico el que lo determina? Son los vecinos los que ponen los límites. Sus actitudes, su educación, lamentablemente a veces su color de piel. Ponen barreras y lo único que cruzan son miradas despectivas. Ruben no va a ir a comer sushi, se queda con el arroz con pollo que hace su mujer. Mirtha no va a dejar de ir a tomar el té con sus amigas. Liliana no va a dejar de trabajar. Ellos son tan sólo unas personas, nombres, pero seguramente hay muchos más, historias que son las protagonistas de está génesis que convive en Palermo. Los sub mundos.
            Para la generación del 80, Rosas era la barbarie y la civilización  era el progreso. ¿Quién será ahora la barbarie y la civilización?





viernes, 2 de mayo de 2014

Sentimiento en perspectiva

Pasa el tiempo, las estaciones, los caminos, los mensajes, los recuerdos, los pensamientos, las noches sin dormir pero algunas cosas quedan y muchas veces son las ganas, las no acciones y sobre todo los sentimientos. ¿Cuándo se terminan? Realmente no podría darles un inicio o final preciso, siento que pasa sin darnos cuenta. Me preocupan más los finales por que aunque se cierre el libro, la historia en nuestra cabeza sigue. Siempre hay algo que va más alla... La fuerza de las palabras, de los actos es maravillosa y muchas veces difícil de entender o asimilar. 
Me preocupa el transitar y cómo transitar el sentimiento, si lo veo en perspectiva lo veo finito, chiquito, pero ahí está, inamovible, como si fuera un nuevo ser en mi cuerpo. Lo puedo negar, lo puedo ocultar. La "desgracia" es que no lo puedo disfrutar porque es dolor y de lo contrario lo padezco. Caso contrario al amor. Aunque en el amor conviven todos los sentimientos y a veces habría que ponerse en perspectiva a los sentimientos y no ellos en perspectiva a nosotros. El último abrazo será el día que te deje de soñar, pensar y sentir. Y no lo veo de inmediato. Es verdad no hay que forzarse pero tampoco esta bueno vivir bajo presión. Los sentimientos van y vienen. Cuándo los tenemos impregnados en la piel es difícil borrar cualquier sensación y creo que cuando están lejos son un aprendizaje. Quizás deje de ser dolor, quizás no cicatrice, quizás me equivoque. Sentir nos hace más vivos. Ojala que ese punto de fuga gris se vuelva una perspectiva de felicidad. Si hay ganas de cambiar, nosotros  podemos ser el punto perspectiva. Disfrutar el momento y cuando haya que pasar el dolor hagamoslo, es un puente que hay  transitar para llegar a quien dice estar feliz. Es eso, perspectiva de un sentimiento. 

jueves, 10 de abril de 2014

Pulsera o no


La buscaba por cualquier parte, en los rincones, en los cajones, debajo de la cama. Miraba con atención todo lo que la rodeaba, esperaba encontrar lo que tanto buscaba: Su pulsera de la suerte. 
            Jazmín era bastante despistada, no era la primera vez que extraviaba algo, pero esto era distinto. La perdida de la pulsera, la inquietaba, la preocupaba, incluso la angustiaba. La cuidaba como oro en polvo. Se la había regalado su madrina cuando tenía 10 años.
Jazmín sostenía que en todo momento le daba suerte, decía que con ella había logrado ingresar al instituto de artes dramáticas, aprobar exámenes y lograr cualquier cosa que tuviera en mente. Asimismo, afirmaba que el día que se la olvidaba pasaban cosas malas, como aquel día que se le rompió la llave del edificio y tuvo que esperar al cerrajero 8 horas, ya que era feriado.
Cada día que pasaba era eterno, no la encontraba, dudaba, pensaba, buscaba y no había ningún rastro de ella, era como si nunca hubiera existido. La invadían los recuerdos, era como otra extensión de su cuerpo, le era imprescindible. Para muchos era exagerada, pero Jazmín hablaba de ella como si fuera un ser humano de carne y hueso.

            En el único lugar que no había buscado era en sus ojos. Si, sus ojos. Eran su fuente de recuerdos, en ellos  se traslucía su mundo, sus sueños, sus miedos, su vida. Jazmín decidió mirarse al espejo y buscar, buscarse, indagar, investigar. Ahí estaba, en una vieja mesa de algarrobo, al lado del velador. La estaba por agarrar pero de pronto todo se hizo difuso,  sus ojos se tornaron grises, era como si se hubiese perdido en el caleidoscopio de la vida, en una ilusión, en un oasis o desierto de recuerdos.  Jazmín pensaba que todo lo que ella quería con el corazón era eterno, descubrió que para volver a ver no era necesario encontrar a la pulsera, sino contemplar un mundo nuevo. 

jueves, 6 de febrero de 2014

Ser

Quizás es un poco filosofico, pero cuando nos constituimos como un ser? Si un ser,pleno, en estado puro. Según la real academia española el ser es : " Esencia o naturaleza. Cosa creada, especialmente las dotadas de vida.", "Ser es el atributo filosófico griego que se le adjudica a una entidad capaz de definirse a sí misma frente a un medio capaz." Definirse. Si, definirse, en cada etapa y momento de la vida, siempre cuesta. No es fácil, muchas veces nos resistimos, nos cuestionamos, es parte a veces de un ovillo interminable. Largas noches sin dormir, pensando, imaginando, soñando. Sueños, principios, convicciones, ideales, metas, jugársela, los miedos, las creencias.¿Qué nos hace felices y que nos completa? Eso creo que es parte del ser. Pero sí, una mínima parte. Las frustraciones, las caídas, también son parte del ser. En el momento de plenitud esta elevado, es máximo. Sin embargo, en las miserias no se siente así,todo lo que lo rodea puede ser ruinas o migajas de lo que soñamos, de lo que propusimos. El ser tiende a levantarse, con ayuda del tiempo, los afectos, la alimentación de los sueños, la ambición de un futuro lo llena, lo acompaña, lo serena. A veces nos encontramos dudando como si camináramos después de una tormenta y las benditas baldosas nos salpicaran... Dejan una sensación de enojo, de fastidio. La ropa se seca, las manchas se van. El tiempo pasa, el ser avanza o retrocede. Aunque no siempre lo perciba tiene las herramientas y el escenario donde se encuentre será propicio  o no para librar una única lucha: La de vivir, sobrepasar obstáculos y si se decide soñar y conquistas sus metas. Están los extremos y las contradicciones, por que no existe ni  más puro ni lo más oscuro, buscar un equilibrio no es ser tibio. 
Muchas veces la ambición o los sueños son como la sed, se aplacan cuando ya no están ahí, cuando simplemente tenemos ganas de tomar otra cosa, cuando surge otra necesidad.
Los objetivos  se plasman, con dedicación y esfuerzo, con piedras, con paciencia. La premisa es que más que verlos, es vivirlos. La ansiedad y la ambición, pesan. Cuando no llegan, la incertidumbre aumenta, los miedos también. Dejar todo en stand by con un poco de música es una opción. El ser es inquieto, curioso, contagia.  ¿En que rincón de nuestro esqueleto estarán los sueños? ¿Dónde habrá que buscarlos? No hay adivinos, no hay protagonistas más que nosotros mismos. Nuestro heden quizás sea que el ser que construya su suerte , marque su camino, que tuerza el destino, que se levante. No hay recetas, ni fórmulas mágicas. Es cuestión de preguntar, de amar, de responder, de reir, de aprender, de enseñar, de llorar, de sentir. Cada día  por más mínimo que sea  puede ser un cambio, las huellas pueden ser firmes y cuando no las vea en el andar, que no se preocupe, lograrlo es la meta, la instancia. El futuro es el amanecer eterno que deseamos. Vivamos y sigamos soñando, para ser.
 

martes, 28 de enero de 2014

Diapositivas olvidadas

Constancia. Valor. Ganas. Ir. Venir. Sueños. Cansancio. Rutina. Un buen vino. Fin de semana. Risas. Enojos. Abrazos. Metas. Besos. Estructuras. Alma. Esquemas. Rupturas. Viajes. Revolución. Quilombo. Armonía. Presente. Cambios. Emociones. Futuro. 

Todas esas palabras estaban escritas en su libreta y en una servilleta. Siempre la dejaba en la mesa de luz. Cada año eran palabras diferentes, quizás algunas eran sinónimos, otras no. Aunque siempre todo terminaba en futuro. 
No sabia bien porque las escribía, pero venían a su mente y debía anotarlas. Borraba, tachaba, rompía hojas. Muchas veces no quería que estén allí, en su cabeza. Quería que se fueran, que marchiten, que no la invadan, que no sean niebla, quería no pensar. 
Cada vez que llovía, la invadía una sensación extraña. Se sentaba en la cama, tomaba mate, leía y jugaba con su gato. Miraba al techo, pensando en "Que domingo por la tarde es esto, por dios. Tengo que terminar este informe." Julia trabajaba en una empresa de comunicación que dependía de la ONU. Redactaba sobre los avances socio educativos en américa latina, los nuevos desafíos. 
Prendía un pucho, la ceniza caía sobre un viejo cenicero, la lluvia también, sus pensamientos también. Daba vueltas, escribía, borraba, caracteres mas, menos, el celular que no sonaba, salvo para avisarle que se había ganado un auto. No tenia ganas de escribir, tenia la cabeza en la lluvia.  Mejor salia para el balcón, mojarse un poco no le iba a hacer mal. 
Iba, venia, mate, puchos, tenia los ojos perdidos en algún horizonte. Entro a la casa. Prendió el home theatre, Tom Waits, a laburar.
Termino el bendito informe. Con esas mismas ganas quería dejar de pensar. Con esa misma constancia quería irse de viaje, agarrar la ruta, irse un momento,  escaparse de su propia lluvia. 
No podía concentrarse, ya casi era de noche. Abrió el cajón de la mesa de luz, agarro su libreta. Vio esas palabras escritas, cada una en momentos diferentes. Siguió recordando. 
Risas, las extrañaba,  eran las que salían de su alma, las que eran espontaneas, las que sucedían sin pensarlas, como un mensaje de "Nos vemos hoy?"....
Por un momento su concentración estaba puesta en mirar al cielo, mientras sonaba Divididos. Suena el celular. Mail del trabajo. "Mañana hay asueto, manda igual el informe. Nos vemos. Eduardo." Suspiro. 
Iba a tener un dia entero para contemplar la lluvia o podía hacer otras cosas. El gato la miraba como si estuviera loca. Julia se había puesto a pintar. Agarro los viejos lienzos, los acrílicos, una copa de vino y a fluir. 
Mientras pintaba, se le cruzaban muchas sensaciones, tenia fotografías en su retina, palabras, besos. Sentía que tenia una mente de diapositivas olvidadas. Sin embargo, por un instante miro a su al rededor. Un hermoso caos la acompañaba, se sincronizaron los truenos, siguió con el lienzo que comenzaba a tomar unos colores muy parecidos a los cuadros de Berni.
 Llovizna, recuerdos, música. Risas, momentos que extrañaba. Quería dejar de buscar en su alma, quería algo nuevo, sentir de nuevo. 
Si el  futuro era la lluvia, algo buena iba a traer. Limpieza y claridad. Las oportunidades, la rutina y los cambios, dependían de ella.  Que pinceles debía tomar, cuando y donde. Podía quedar feo, o no. A veces es mejor dejar que llueva, mojarse y seguir pintando otros paisajes. 
Después de una larga y extensa jornada gris, los colores que desprendía el cuadro eran propios de un caleidoscopio. Ahora había que ir por nuevas fotografías en el iris y en la mente de Julia. 




lunes, 20 de enero de 2014

Como si nada hubiera pasado

Habían pasado los años, el tiempo siguió avanzando y ambos tomaron distintos rumbos. Las agujas avanzan, la arena del reloj baja, pero no es para todos igual. Algunos deciden que el tiempo condiciona, otros pretenden comérselo y a veces parece que es como una película que nunca se sabe si es con final feliz....  puede ser lento,estático pero siempre deja algo. Quizás el tiempo sea un ingrediente o un marco de la vida.
Pasado, presente, futuro. No jugaban a aprender tiempo verbales, si no a como la casualidad los involucraba una y otra vez. Se saludan muy cordialmente pero con lejanía tajante de crudo invierno. Aun quedaba algo pendiente. Ambos habían crecido, tenían trabajo, sus vidas no eran las mismas y ellos tampoco. Sin embargo, había algo que no cambio. Las manos de el, si sus manos. Parece extraño, pero ella las miraba con atención, se sorprendía al ver que no habían envejecido, no tenían alguna marca. Estaban intactas. Las manos que alguna vez la abrazaron como el viento y el mar, las mismas que se funcionaron con sus yemas a la hora de tocar la guitarra, las mismas que le sacaron el pelo del rostro y  le secaron las lagrimas, las mismas que alguna vez la llevaron a una pizzeria de Almagro, las mismas que alguna vez la acompañaron a la playa en un eterno e inolvidable amanecer, las mismas manos que en un tiempo atrás le habían dado valor. Hasta que un dia se alejaron, no estaban unidas. Parecía un film de Woody Allen. 
Por un instante todo se había parado, las agujas no avanzaban. Eran sus manos y nada mas. Ella había vuelto al pasado. Decidió volver y seguir charlando, pensando en que regalos comprar para Navidad. Su mente parecía un caleidoscopio del tiempo. 
Pero ahí también estaba el, mirandola, escuchandola. Eligió por un momento, contemplar sus ojos, aquellos que brillaban de felicidad cuando estaba en el rio, aquellos que se volvían turquesas cuando lloraba de dolor y bronca, aquellos que podían mostrarle el mundo, aquellos que un dia prefirieron mirar otra realidad.  
Se escucha el timbre, habían llegado las empanadas. El sonido hizo que se volviera al presente. Ambos estaban distraídos, sincronizados, su reloj de  arena se detuvo para verse y sonreír. Ella suspiro, miro el celular y pensó que hacia ahí. El fue a poner la mesa recordando algún cuento de Borgues que retrata aquella situación. 
Aun les quedaban dudas si el desenlace estaba enclado en el pasado. Parecía que si. Su presente no los encontraba, sus manos no cabían en su tiempo y los ojos de ella estaban en el futuro. 
Se sentaron a comer. Mientras charlaban, confirmaban que habían cambiado, algunas cosas estaban intactas, iban y venían. Sin embargo, ambos habían dado un salto, estaban en otro tiempo, en otra fase. 
Ni sus manos, ni sus ojos, ni los recuerdos, se encontraron. Quizás aprendieron a escuchar los silencios de las agujas que estaban a destiempo. Quizás no. Quizás si. Son dos paseantes de la estación todo pasa, como si no hubiera pasado..  

miércoles, 30 de enero de 2013

Tu voz fue la melodía que creo un puente de realidad
tus acordes hicieron revolución, mi corazón late como tambor
de tus abrazos nacieron la lucha y la esperanza
tu tiza en palabras escribió un camino que jamás voy a dejar
antes que el sol, esta tu luz para iluminar una galaxia entera
tus ganas de brillar, que se enciendan todos es tu enseñanza
la solidaridad tan pura como tu guardapolvo
Tu amor es más grande que Osías el osito
Borraste mis miedos, secaste mis lágrimas, me diste tizas para ir a un horizonte claro
escribiste en mi alma
Maestro de la vida, hasta la victoria, siempre!

martes, 8 de enero de 2013

Capitán

¡Cuanta lejanía! Esa que es como el invierno y es tan vacía como la soledad del océano
cuanta bruma en su mirada, cuanta ceguera en sus pensamientos
no percibe el haz de luz del sol, no encuentra la paz de los arboles
Sólo vive como un tornado, porque se perdio en tantas vueltas del  barco que ya no sabe navegar
Se quiere bajar e ir al mar, caminando, nadando o volando
quiere sambullirse en otros lios pero también en otros paisajes
así podría llegar a la orilla y ver otras huellas en la arena
quiere ser sol y luna
quiere alba en su alma y amanecer en sus pensamientos
no más humos difusos en la popa
ahora quiere ser capitán de un nuevo camino y conocer un rio
o quizás no
En el nuevo viaje no sabe que lleva pero sí que quiere traer a sus orillas
Un poco de sal, viento que impulse la vela, madera  húmeda para su corazón y un mañana mejor todos los días de su vida.
El capitán dejo de ver utopía en el horizonte, zarpó con el gran anhelo de soñar tan alto como su vela.
Abrio los ojos, ya no estaba en un tornado.
Al fin pudo sentir el crepúsculo en su alma
A babor a babor gritó
Ahora esta dichoso de nadar en realidades.